
Y yo insisto en mi posición: no es que esté en desacuerdo con erradicar la pobreza y fomentar el desarrollo más allá de nuestras fronteras, pero no bajo el refrán de "claridad hacia afuera y oscuridad hacia adentro".
Antes de arreglar el mundo, arreglemos nuestro país. Y antes de criticar al "imperialismo yanqui", veamos a nuestro "imperialismo bolivariano".
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